VUELTA A UNA RUTINA DIFERENTE
Para las familias, la vuelta del período de descanso representa la necesidad de compaginar horarios de colegio, trabajo y extraescolares, peleas con los madrugones y los deberes, y la obligación de establecer nuevamente unos horarios de comidas y sueño que no siempre son acogidos de buena gana por todos los miembros de la familia.
Normalmente este síndrome postvacacional se supera de forma natural en un par de semanas, pero en la vuelta al cole 2020 hay que añadir un nuevo factor a todas estas circunstancias: el Covid-19. Esta crisis sanitaria ha supuesto para todos un contacto continuo y prolongado con diferentes situaciones potencialmente traumáticas, como ver enfermar y perder a seres queridos, permanecer confinados en casa, ser conscientes del peligro del contagio, estar expuestos a noticias sobre el aumento de casos y víctimas en nuestro país y en el mundo entero, problemas económicos graves, etc.
Y en este escenario llega el regreso a las aulas. El coronavirus ha cambiado por completo todos los planes de inicio del curso 2020/2021 como ya hizo con el final del curso anterior, así como la reincorporación al trabajo en muchas empresas. Y, lo que aún es peor, estos planes no están claros y, además, es muy probable que vayan cambiando en función de la evolución epidemiológica.
Sentir tensión e inseguridad en estos momentos es normal, por lo que debemos esforzarnos para restablecer nuestro equilibrio psicológico y emocional. Según los expertos, para recuperar la capacidad de afrontar cada día sin malestar, es necesario, en primer lugar, asimilar lo que ha ocurrido, aceptando y comprendiendo lo que hemos pasado, para poder integrar esa experiencia en nuestra vida sin traumas. Para conseguirlo podemos empezar preguntándonos cómo nos ha afectado esta situación, en qué nos ha cambiado, qué hacíamos antes que ya no hacemos, qué nuevos hábitos hemos incorporado en nuestra rutina diaria y cómo han influido todos estos cambios en nuestras relaciones sociales y familiares y en nuestro bienestar psicológico, social y emocional. De esta forma entenderemos el proceso que hemos vivido y recuperaremos la sensación de control sobre nuestro bienestar.
En segundo lugar, es importante recobrar la sensación de seguridad, para lo que es aconsejable incorporar y afianzar los hábitos de autocuidado, tanto para evitar contagios como para mejorar nuestra salud física y emocional. Así, es tan necesario seguir las recomendaciones de higiene y distancia social como dedicarnos tiempo a nosotros mismos, escucharnos y saber lo que precisamos para que esta situación no nos impida disfrutar de nuestro día a día.
En tercer lugar, piensa en todo lo que has aprendido, en los obstáculos que has superado y en lo que, como sociedad, hemos logrado. Nos hemos adaptado a una situación para la que no estábamos preparados, hemos cambiado nuestros hábitos de un día para otro, hemos superado el teletrabajo y las clases online, nos hemos hecho expertos en la comunicación telemática, hemos sabido acompañar a nuestros hijos y mayores para que el confinamiento fuese menos duro para ellos, hemos aprendido cosas nuevas y hemos dado muestras de una solidaridad entre vecinos que parecía olvidada. Pensar en todos los obstáculos superados nos ayudará a aumentar nuestra resiliencia, es decir, nuestra capacidad para afrontar y superar momentos difíciles, nos permitirá salir reforzados de la situación y nos hará crecer como personas.
Por último, debemos mirar tanto por nuestro bienestar como por el de las personas de nuestro entorno. Tener esto presente nos ayudará a afrontar las dificultades con confianza y optimismo.
Fuente: www.psicopolis.es
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