FENÓMENO NESTING O CÓMO HA CAMBIADO LA PANDEMIA NUESTROS HOGARES

A estas alturas no hay duda de que en el último año nuestra vida ha cambiado radicalmente. En mayor o menor medida todos hemos tenido que adaptar nuestras rutinas y nuestra casa  se ha convertido en el principal espacio de vida. Por eso no es de extrañar que el nesting se ha convertido en una tendencia en auge, que nos invita a disfrutar de nuestro hogar y convertido en un espacio mixto en el que el ocio se realice sin salir a la calle.

Antes de la pandemia vivíamos en la era de la hipervisibilidad, en la que imperaba el presencialismo constante, los desplazamientos contInuos y la economía de la experiencia, es decir, la basada en acciones físicas.

Durante el confinamiento, sin embargo, hemos centrado nuestra atención, como no podía ser de otra manera, en nuestro mundo más interior y nuestra casa se ha convertido en lugar de trabajo, colegio, gimnasio, restaurante, hospital e incluso lugar de vacaciones. Esto nos ha obligado a acotar áreas diferentes y a redistribuir los espacios.

Hemos reconvertido nuestro hogar y debemos encontrar en él la felicidad plena. Esto es lo que se conoce como nesting, un término que viene de la palabra inglesa nest que significa nido. Es una filosofía que nos invita a quedarnos en casa y poder hacer lo que nos gusta, o simplemente no hacer nada. Eso sí, sea lo que sea, sin planificarlo. Promueve la desconexión dentro del hogar durante las horas libres del día.

Este concepto está calando tanto en la sociedad que, según un estudio de las empresas Beko y The Future Laboratory, ha llegado la Era del Nesting. ‘’El último año ha cambiado nuestra vida para siempre. Las empresas y los gobiernos tienen un importante papel que desempeñar para ayudarnos a adaptarnos a este nuevo orden mundial. El hogar en particular experimentará un cambio radical, ya que nos replanteamos dónde y cómo vivimos y buscamos soluciones que reflejen la creciente preocupación por la higiene y la sostenibilidad y el bienestar’’, apunta Hakan Bulgurlu, CEO de Beko.

Pero, ¿los cambios actuales se mantendrán a largo plazo? Según el estudio durante los próximos diez años esta tendencia seguirá en pleno apogeo y los hogares que conocíamos antes no volverán a ser iguales. A raíz de esta nueva forma de vida se desarrollarán, además, tres tendencias que necesitarán de una innovación tecnológica importante. Ahora más que nunca, las empresas y organizaciones deben estar preparadas para un futuro en el que ayuden a la humanidad a sentirse segura, apoyada e inspirada. Si no están preparadas para esto, en muchos sentidos, merecen convertirse en agentes pasivos del nuevo paradigma por la forma en que negociamos, vivimos, trabajamos y jugamos’’, afirma Chris Sanderson, cofundador de The Future Laboratory.

Lo primero que hemos visto en las tendencias de mercado es una revolución urbana. Ahora existe un nuevo leitmotiv a la hora de elegir la zona en la que vamos a desarrollar nuestra vida ya que no tenemos una dependencia de las grandes urbes. Según apunta el estudio, un mayor enfoque en la salud, la higiene y la recuperación conducirá a un éxodo urbano que volverá a dar via a los suburbios, las áreas urbanas circundantes y las zonas rurales, a la vez que proporcionará a las ciudades la oportunidad de enfocarse más en el ser humano. En  este sentido serán varias las generaciones implicadas en el cambio: por un lado los uppers que vuelven a sus orígenes para disfrutar de la naturaleza y de su próxima jubilación, y por otro lado los millenials y la generación Z que se interesa por zonas rurales y adyacentes a las grandes ciudades en busca de una mayor calidad de vida.

Una vez que entendemos que el mundo rural empieza a ganar protagonismo, la transformación de las casas no puede ser algo temporal, sino que debemos entenderla como un espacio mixto capaz de facilitar con fluidez diferentes modos de trabajo, descanso, recuperación y juego. Los hogares a partir de ahora tendrán propiedades multimodales en los que el uso del espacio y la funcionalidad se sitúan en primer lugar.

Por último, debemos entender que tenemos un nuevo concepto de higiene que, hasta ahora, desconocíamos. Se ha producido, a raíz del coronavirus, una preocupación colectiva que requiere innovaciones sanitarias para los hogares. La casa del futuro es un espacio a prueba de pandemias, diseñado para reducir la exposición a los virus, a los agentes contaminantes y maximizar así la higiene personal. Al igual que el lavabo, un lugar para lavarse las manos al entrar en casa, se desarrolló a raíz de la gripe española, las casas tendrán entradas donde la descontaminación pueda tener lugar al pasar del mundo exterior al espacio interior, asegura el informe.

Estamos, por tanto, en el comienzo de una nueva era en la que las prioridades de nuestra vida han cambiado y también la forma de entenderla. La población de riesgo, especialmente, está modificando su forma de vida y el hogar debe entenderse como un lugar feliz en el que disfrutar del nesting y de la familia sin correr ningún riesgo, ni en el presente, ni tampoco en el futuro.

Fuente: Uppers

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